miércoles, 22 de septiembre de 2010

Paz=Futuro: Un compromiso compartido


Celebración Día Internacional de la Paz en Argentina
Bajo el lema “Paz=Futuro”, la Federación para la Paz Universal (UPF) celebró el 21 de septiembre el Día Internacional de la Paz en Buenos Aires (Tacuarí 202 – 8° Piso), de acuerdo al enfoque dado a la fecha, en un acto artístico-cultural-interreligioso. Durante el mismo se entregaron los premios del Concurso poético “Culturas: Valores e integración para la paz”, realizado en adhesión al Año Internacional del Acercamiento de las Culturas, declarado por la ONU, que recomendó se lleven a cabo durante el 2010 actividades “relativas al diálogo, la comprensión y la cooperación entre religiones y culturas en pro de la paz”.
  
“Somos hermanos”
La lectura del mensaje del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, del Día Internacional de la Paz 2010, leído por el periodista Santiago Villarreal, introdujo a la celebración. Además, algunas de las numerosas salutaciones y adhesiones recibidas, no sólo de Argentina, sino de España, México, Brasil y Colombia. Una de ellas incluyó la “Oración por la serenidad”, que resultó muy apropiada para conmemorar la fecha: “Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo modificar, y sabiduría para conocer la diferencia. Viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez, aceptando las dificultades como el camino a la paz” (Reinhold Niebuhr, 1943).
El componente central de la primera parte del acto fueron las invocaciones interreligiosas, concientes que es impensable una paz sin un diálogo, entendimiento y cooperación entre las distintas tradiciones espirituales, inspiradas por Dios en diferentes culturas para que el hombre pueda reconectarse con su verdadera esencia. Elevaron oraciones el Swami Pareshananda, Monje hindú, titular de la Orden Ramakrishna en Argentina; Monseñor Jorge Rivas Ottone, de la Iglesia Ortodoxa Patriarcado de Jerusalén; el Maestro Juei Sin, Monje budista del Templo Tzong Kuan de Argentina; el Padre Hernán Pérez Etchepare, de la Congregación de San Pablo; y el Pastor Eduardo Corales, del Consejo de Clérigos para el Liderazgo Americano de Argentina.
Antes de elevar la invocación, cada religioso encendió una vela, que se resaltó como “símbolo de la espiritualidad que debe ser revitalizada para ser luz para los demás; siendo faro de esperanza, más allá de todos los desencantos, y de compromiso de construir la paz en la cotidianeidad”. Las velas restantes, para completar un total de 12, las prendieron personas del público, representando distintos ámbitos de la sociedad, desde la educación a la política, pasando por participantes que vinieron del interior del país (Córdoba y Chubut) e internacionales: dos jóvenes de Colombia y Venezuela. El dúo musical conformado por Claudia Rivero y José Luis Beltrán reafirmó este sentir universal cantando el tema “Somos hermanos”, que tiene letra y música de Manrique Zago, quien gentilmente había decidido estrenar públicamente el mismo en este acto.

Magia para crear
Un momento esperado fue la entrega de las distinciones del Concurso poético “Culturas: Valores e integración para la paz”, que organizó este año la UPF de Argentina en adhesión al Año Internacional del Acercamiento de las Culturas, al que se presentaron un total de 289 escritos, provenientes de distintos países de América, Europa, Oceanía y Medio Oriente. “Y digo paz…”, de Zulema Josefina Funes, de la ciudad de General Madariaga, Provincia de Buenos Aires, fue el poema ganador. Una mujer de 75 años, de una larga carrera docente, que a pesar de haber escrito por más de 50 años, confesó, con la humildad que la caracteriza, que todavía no se animó a publicar un libro. El diploma lo recibió en su nombre María Susana Acuña Funes, quien también leyó el poema ante la máxima atención del público. La ganadora envió un profundo mensaje, ya que no pudo viajar por razones de salud, que también fue compartido en la ocasión (Ver al final).
“Hablamos de paz y pensamos en la unidad indestructible de la familia, en la hermandad de los pueblos, en la igualdad de los derechos, en la no violencia de ningún tipo, en el trabajo que cansa y por eso es bueno, en los campos sembrados, en los niños jugando, en la mesa compartida, en la risa cotidiana, en el alma sana y sin rencores”, expresó en su mensaje Zulema, hija de padres maestros, criada en el seno de una reducción de indios mapuches, quien admitió que el mayor soporte para crecer en la tarea de escribir lo recibe cotidianamente de su familia, que “me otorgan la magia necesaria para saludar cada día con la esperanza de ayudar a crear un mundo mejor”, expresó.
“Es una conceptualización poética de la paz a través de los valores y de las acciones humanas para construirla y preservarla: el trabajo cotidiano, la familia, la oración, la educación, la hermandad universal, la solidaridad. Presenta la vida como lucha contra la adversidad que sólo se aliviana con la ayuda del prójimo. El poema es de una diafanidad y transparencia que hace posible la comunicación fluida, sin ruidos ni ripios, del imperativo de un deber moral irrenunciable de todos, a través de tareas a realizar para que la paz sea una meta posible”, justificó la distinción la Prof. Bertha Bilbao Richter, docente, crítica literaria y Secretaria de Relaciones Culturales del Instituto Literario y Cultural Hispánico, quien integró el Jurado.

Solidaridad y paz
Para quienes gustan de las estadísticas, se presentaron al concurso un total de 196 participantes: 139 de Argentina y 57 internacionales. Entre estos últimos hubo 11 de México, 8 de España, 7 de Colombia, 6 de Uruguay, 5 de Perú, 3 de Chile, 3 de Cuba, 2 de Brasil, 2 de Venezuela; y uno de Australia, Canadá, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Irlanda, Israel, Italia, Nicaragua y Suecia. Originalmente se había previsto un Primer Premio, cuatro Menciones de Honor y cinco Menciones Especiales, pero ante la enorme cantidad de poemas recibidos, el Jurado, que realizó su tarea con destacada excelencia, decidió otorgar también cuatro Menciones.
La entrega de los diplomas estuvo a cargo de Carlos Varga, Director del Movimiento de Unificación de Argentina; mientras que el Jurado obsequió libros a los ganadores. El mismo, además de la Prof. Bertha Bilbao Richter, estuvo integrado por la escritora y artista plástica Mabel Fontau, miembro de Gente de Letras y de la SADE, entidad de la que es Faja de Honor en el género cuento infantil; el poeta Donato Perrone, integrante de distintos círculos literarios nacionales, del Rincón Lírico del Café Tortoni y del Grupo de Poetas Livres de Florianópolis (Brasil); y la Lic. Liria Guedes, escritora y miembro de la Asociación Americana de Poesía y del Instituto Literario y Cultural Hispánico de California, Faja de Honor de la SADE, en el género novela, quien entregó en la cálida velada su reciente libro "Cuentos de agua y cielo", su "cuarto hijo" literario.
Fue un momento cargado de emociones, entre los mensajes de congratulación y las palabras de los ganadores. Entre ellos merece destacarse la gentil presencia de la poeta brasileña Marina Fagundes Coello (de Uruguayana, Río Grande do Sul), que obtuvo la Tercera Mención Especial por su poema “Solidaridad”; y de las escritoras Edda Ottonieri de Maggi, Cuarta Mención Especial por su escrito “La paz”, y Susana Roberts, que se adjudicó una de las Menciones por “Obra de arte”, quienes llegaron de las lejanas provincias argentinas de Córdoba y Chubut, respectivamente.

Baluartes de paz
El recitado del poema marcó el clímax. “La vida es una lucha soberana, una pesada carga que solo se aliviana si otro brazo te cubre las espaldas. Y te descubre el sol en la mirada” expresa el final del mismo. Y seguidamente fue el momento de la lectura de la Declaración de paz de la UPF, que realizó la Lic. Rosetta Conti de Castellón, Presidente de la Federación de Mujeres para la Paz Mundial, capítulo argentino. “Los hombres y las mujeres que han sido educados a cumplir con sus obligaciones y responsabilidades morales hacia los demás, respetarán y vivirán para el bien mayor y las realizaciones de los demás”, concluye el mensaje.
Un toque artístico fue el broche de oro. La canción “Hasta mi final”, interpretada brillantemente por el dúo Claudia Rivero y José Luis Beltrán, y la entonación del “Himno a la reconciliación”, que cantó todo el auditorio junto al Dr. Luis Guedes, quien hizo la producción musical del tema. La letra corresponde al poema “Cada cual”, de Concepción Rodríguez de Garaventa, ganador del concurso poético organizado por la UPF de Argentina en el 2009 en adhesión al Año Internacional de la Reconciliación, y premiado en la edición anterior del Día Internacional de la Paz.
Al final Carlos Varga, Director del Movimiento de Unificación de Argentina, presentó la obra “Como un ciudadano global que ama la paz”, la autobiografía de Sun Myung Moon, quien cumplió recientemente 90 años, durante los cuales llevó adelante incontables iniciativas por la causa de la paz y fundó cientos de organizaciones, entre ellas la UPF. Después los presentes siguieron confraternizando un buen rato al momento del refrigerio, compartiendo vivencias y esperanzas, en un encuentro donde desde las invocaciones interreligiosas hasta el “Himno a la reconciliación” se resaltó la necesidad del compromiso personal en la construcción de la paz, en línea con el Preámbulo de la UNESCO (1945): "Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz". El mismo sirvió de epígrafe a las Bases del concurso, tanto de este año como del año pasado.

PREMIADOS
Primer Premio
Y digo paz…
Y digo paz porque en su nombre
Se ampara la verdad
Y la esperanza.
Se nutre la hermandad
Y la ternura
Se engendra el trabajo
Y el mañana.

Y digo paz porque en su nombre
Se reza por los pobres
Y los niños
Se amasa el pan
Que compartimos
Se cría a los hijos
Y se educa.

Y digo paz porque en su nombre
Se hermanan los pueblos
Y los hombres
Se huye de la guerra
Se olvidan los rencores
Se siembra la semilla
De la vida.

Y en nombre de la paz yo te convoco
Hermano de esta tierra
Y este cielo
Para que abraces y brindes
Tu consuelo
Y nunca discrimines
Ni abandones

La vida es una lucha soberana
Una pesada carga
Que solo se aliviana
Si otro brazo
Te cubre las espaldas
Y te descubre el sol
En la mirada.
Autora: Zulema Josefina Funes
General Madariaga – Provincia de Buenos Aires - Argentina

Menciones de Honor
Primera Mención de Honor
“Es tan distinto el canto de mi hermano”, de Raúl Oscar Ifran
Punta Alta - Provincia de Buenos Aires - Argentina

Segunda Mención de Honor
“La paz”, de Oscar Chávez Pariona
Santa - Provincia del Santa – Áncash - Perú

Tercera Mención de Honor
“Creo”, de Marita Ragozza de Mandrini
Pehuajó - Provincia de Buenos Aires - Argentina

Cuarta Mención de Honor
“La profecía”, de Teresa Palazzo Conti
Ciudad de Buenos Aires - Argentina

Menciones Especiales
Primera Mención Especial
“Invitación”, de María Cristina De Blasis
Yerba Buena – Provincia de Tucumán - Argentina

Segunda Mención Especial
“Casi una alegoría”, de Olga Ravelli
Ciudad de Buenos Aires – Argentina

Tercera Mención Especial
“Solidaridad”, de Marina Fagundes Coello
Uruguayana - Río Grande do Sul - Brasil

Cuarta Mención Especial
“La paz”, de Edda Ottonieri de Maggi
Marcos Juárez – Provincia de Córdoba - Argentina

Quinta Mención Especial
“Sobre la paz”, de Cecilia Glanzmann
Trelew – Provincia de Chubut - Argentina

Menciones
“Tiempo dormido”, de Carlos Dante Pili
Mar del Plata – Provincia de Buenos Aires - Argentina

“Obra de arte”, de Susana Roberts
Trelew – Provincia de Chubut - Argentina

“Paz”, de Corina Beatriz Alegre
Ciudad de Buenos Aires - Argentina

“Paz”, de Álida Jorja Allocco
Las Varillas - Provincia de Córdoba – Argentina

NOTICIAS DE UNIFICACIÓN
noticiasdeunificacion@gmail.com
http://noticiasdeunificacion.blogspot.com

viernes, 17 de septiembre de 2010

“El liderazgo nos ayuda a construir puentes”


Conferencia sobre liderazgo y motivación
“Nuevo paradigma de liderazgo y motivación” fue el título de la disertación que brindó el Embajador para la Paz, Luis D’Angelo, el 16 de septiembre, en la sede de la Federación para la Paz Universal (UPF), en Buenos Aires. El conferencista -Licenciado en Ciencias de la Comunicación y expositor en distintas temáticas, como prevención de adicciones, cooperativismo y responsabilidad social empresaria- hizo su alocución a través de un power point, con conceptos claros e interacción con el público. A continuación una reseña de lo compartido.

No se puede hablar de “liderazgo” si no somos capaces de construir puentes. El líder acerca a la gente, a su grupo de trabajo. Otros construyen murallas y son prácticamente infranqueables. Los verdaderos líderes construyen puentes. Vivimos en un mundo globalizado. Todo está intercomunicado. La información construye puentes, nos acerca y un líder debe estar globalizado, tiene a su disposición telefonía celular, computadoras, Internet, y esto es una muy buena herramienta.
Muchas veces escuchamos que la sociedad está convulsionada, que todo está mal, que tenemos inflación, que falta el trabajo, que hay inseguridad, que hay hambre. Frente a estos problemas el líder dice: “Yo tengo algo para hacer”. El liderazgo construye seguridad, estabilidad. No es lo mismo ser líder que ser jefe. Un líder es alguien que está descontento con una situación y dice: “Tengo cosas para hacer”.
El líder reacciona “distinto” a otro que vive la misma situación o alguien que tiene problemas en su casa y dice: “Esto no puede seguir”. No se debe confundir ser jefe, con ser líder o con los títulos que uno tenga o con la posición económica. Es un error muy frecuente. Liderazgo es cuando alguien que tiene una visión encuentra gente que quiera acompañarlo, que quiera seguirlo, alguien que dice: “A mí me interesa la propuesta y quiero ayudarlo”. Alguien que diga: “Yo quiero ser parte de ese proyecto”.
No hay llaneros solitarios, porque todo es global. Nada se logra estando solo, todo se logra en equipo. Influir en alguien es liderar. ¡Preparémonos para influenciar bien!, porque también podemos influenciar mal. Una persona que no reacciona ante una situación de corrupción, está influenciando mal. Esto nos puede pasar con nuestros hijos o en la empresa: Saber que las cosas no están bien y no hacer nada para cambiarlo.
Liderazgo es cuando la gente sigue a un líder y lo siguen porque da confianza, porque tiene una visión. No es por títulos o status, es la convicción en sus propósitos. Deben recordar esta frase: “Si alguien cree que es líder y cuando se da vuelta nadie lo está siguiendo, no es un líder, solo salió a caminar, a dar un paseo”.
Cuando una familia tiene un proyecto, los hijos tienen que querer seguirnos, si no ocurre, no somos buenos padres, no somos sus líderes. Lo mismo pasa con las empresas, con los emprendimientos. Todo líder debe tener una visión y saber comunicarla. Toda visión debe tener acción. Por ejemplo, hay gente que tiene una visión, y 10 años después la sigue teniendo, y 20 años después sigue con la visión, pero no tiene “la acción”. No hizo nada. Tiene el mismo sueño increíble, pero no quiso compartirlo por miedo a que se lo roben.
¡Cuántas empresas terminaron cuando su dueño murió! Harry Truman, ex presidente de EEUU, dijo: “Puedes lograr cualquier cosa que quieras en la vida, siempre que no te importe quien se lleve el crédito”. La prueba del líder es esa: ¿Quieres que se cumpla la visión o quieres llevarte el crédito? Somos tan egoístas que frenamos una visión por miedo a que el crédito se lo lleve otro: “Si no lo hago yo, no lo hace nadie”.
Si sos un buen líder, la gente te empuja para arriba; si sos malo, la gente te empuja igual, pero para afuera. Es la diferencia entre un “líder corcho o tapón” y un “líder escalera”. ¿Qué líder quieres ser? Preocúpate por ser “el mejor”, porque nunca se podrá evitar que la gente crezca. Todos tenemos una capacidad y un buen líder es el que sabe formar equipos de trabajo, donde todos estén asociados a la visión, a la misión y así se puede cumplir el mismo cometido.
Stephen Covey, en uno de sus libros, dice: “No hay ningún paso en el liderazgo hasta encontrar el propósito. Sin propósito, no hay liderazgo”. Rick Warren cita en su libro “Para qué te hizo Dios”, que todos tenemos un talento, y es función del líder saber encontrarlo, descubrir qué capacidad tiene cada uno.
Un líder debe saber escuchar a su equipo de colaboradores. Muchas veces, cuando está arriba no quiere que nadie le venga a decir nada, y esto no es bueno. Un líder debe saber escuchar. Lo peor que le puede pasar a un líder es estar aislado, porque terminamos como esos presidentes que le cuentan otra realidad. Tenemos que saber que el liderazgo aísla. La gente no le dice lo que piensa al líder, le tiene miedo, como a un dictador, y eso no es bueno.
Un líder debe influenciar con sus ideas, con sus hechos. Su vida debe ser exactamente igual a lo que predica. Si hay un divorcio entre lo que hace y lo que dice, eso desgasta al líder. Se le pierde el respeto cuando hace algo diferente a lo que se dice. Liderazgo es influencia y liderar no tiene que ver con el carisma, tiene que ver con el carácter. ¿Qué pienso? ¿Qué digo? ¿Cómo lo digo? ¿Qué hago y con quien lo hago? Cuando uno va a un curso sobre liderazgo, escucha: “¡Vamos que vos podes! ¡Si lo querés lo logras!” ¡Mentira! Si no lo crees, si no lo vivís, si no se tiene credibilidad en lo que se hace, nadie te va a seguir. Para ser líder hay que ser creíble. La credibilidad la da el carácter y no el carisma. Uno puede tener el mejor de los currículum, pero eso está bien hasta que a uno lo conocen, conocen a su familia. Tiene que ver con qué imagen mostramos. Si somos creíbles.
La sociedad de hoy necesita líderes, pero hay que tener en claro que la gente sigue a personas, no a programas. Recuerden que el que cree que es líder y nadie lo sigue, solo salió a caminar. Un líder debe tener las siguientes características: Tiene que tener un mensaje, tiene que tener una visión, tiene que tener un propósito. Tiene que tener un estilo digno de vida, fe en el proyecto que haga que los demás lo imiten. Líder es quien diga: “Yo voy a hacer esto”. Y los demás dicen: “¡Guau!” “Yo quiero hacerlo con él. No quiero quedar fuera”. Y para eso hay que saber formar un buen equipo. Hay muchos que se ponen en el papel de líder y dicen: “Yo quiero mandar, pero no quiero exponerme a la confrontación con los demás”. Para eso hay que armar un equipo. Para armar un equipo hay que abrirse. Hay que compartir la visión. Hay que tener ganas de hacerlo. El equipo de trabajo debe saber que va a tener al líder siempre.
Un paradigma puede ser aprendido, pero no se nace líder. Uno se prepara para ser el mejor líder. No hay nadie que pueda arrogarse y decir: “Yo ya no puedo crecer más. No hay nada nuevo que yo pueda aprender”. Cuando uno cree que deja de aprender, deja de enseñar, deja de ser líder.
Recuerden que hay que trabajar más inteligentemente que arduamente. El trabajo duro no produce resultados. El trabajo inteligente produce buenos resultados. Al equipo de trabajo hay que entrenarlo constantemente. ¿Cómo entrenamos a nuestra gente, para que sean exitosos o para que fracasen? Me llamó la atención, y lo quiero compartir como ejemplo. ¿Saben cómo se entrenan a las ballenas? Primero: Buscan un premio, un pescadito. No hace falta que sea grande. Segundo: Se entrena donde no pueda fallar. Si el truco es saltar la soga, se empieza con la soga al ras del agua. Si salta, hay un pescadito. Tercero: Cuando supera la prueba, le van levantando la soga. Cuarto: Se premia el “éxito” y no “el intento”. Si fracasa, no hay pescadito. Quinto: Se vuelve al objetivo anterior y no termina un día sin su premio. Lo mismo debemos hacer con las personas, llevarlas a la altura donde no fracasen y después elevar el nivel. Premiar cuando llegan al objetivo y bajar la exigencia cuando no llegan al objetivo. Nunca terminar el día con un fracaso.
Otro ejemplo es la historia de Nehemías (444 AC), “el reconstructor de murallas”. Reconstruye las murallas que habían estado derrumbadas por más de 100 años, en solo 52 días. La muralla era la defensa del pueblo, algo muy importante para la época. El Rey Artajerjes había prohibido que el pueblo de Dios reconstruyese las murallas en Jerusalén. Nehemías era copero del Rey Artajerjes, pero un día tuvo su oportunidad. El rey le preguntó: “¿Que te pasa? ¿Qué puedo hacer por vos? Como buen líder, Nehemías, no desperdició la oportunidad y le dio un detalle acertado de toda la situación. Había estudiado desde hacía mucho tiempo atrás como construir la muralla. Eso es algo que debe hacer un líder: Estudiar bien la situación. Un líder se prepara para las oportunidades y no para el fracaso. Hay que seguir adelante, a pesar de los temores. Nehemías tenía miedo, pero lo afrontó y tuvo victoria. Llevó a cabo su visión.
Hay que saber establecer una meta. Si uno apunta al aire, seguro le pega. Si uno no sabe dónde va, cualquier camino lo lleva, pero no va a alcanzar la meta. Un líder debe saber tres cosas: Primero: ¿Qué quiero hacer?; Segundo: ¿Cómo lo voy a hacer?; Tercero: ¿Con quien lo voy hacer?
“Lo bueno es el peor enemigo de lo mejor”, dice Jim Collins en uno de sus libros. No tenemos servicios de excelencia porque tenemos buenos servicios.
Ser líder es como manejar un colectivo. ¿Para qué tengo un colectivo? Para llevar gente, pero para tener un liderazgo de excelencia, ¿qué hay saber? Primero: ¿A quién subir al colectivo?; Segundo: ¿A quien bajar? No se puede trabajar con todos. No se puede estar bien con Dios y con el diablo.
¿Qué hizo Noé que no pudo bajar a nadie del arca? No se fijó donde ponía a los animales salvajes, como los leones, los cocodrilos; pero si tuvo especial cuidado donde ponía la jaulita del pájaro carpintero, porque un pájaro carpintero dentro de un arca de madera, era más peligroso que una tormenta. Tu tarea como líder es identificar quién es el pájaro carpintero. Y cuando lo sepas, es mejor decirle que se baje del colectivo ahora. El mejor momento para despedir a una persona es antes de tomarla. ¿Para qué tener una persona que no ayuda al proyecto? Si, hay que ayudarlo, pero “desde afuera”. Lo mismo que trabajar con la familia. Hay que ayudar, pero si no son competentes para trabajar en el proyecto, se los ayuda desde afuera.
Recordemos los tres consejos para manejar un colectivo. Primero: La gente adecuada adentro; Segundo: La gente inadecuada abajo; Tercero: Sentar a la gente en el lugar adecuado. Si uno tiene a la gente adecuada adentro, a los inadecuados abajo y la gente sentada en el lugar correcto, no hay forma que se impida que se llegue del punto “A” al punto “B”. Hay que tener el mejor equipo de trabajo, pero tener a la gente sentada en el asiento indicado no es todo, sino que, la gente esté subida al colectivo por el destino final y no por el “recorrido”. Si la gente está subida por el “recorrido” y no por el “destino final”, si algún día hay que cambiar de recorrido, la gente te va a dejar solo. Como líder hay que comunicar siempre los cambios.
Jack Welch explica en su libro que después de hacerse cargo de General Electric en su peor momento, la empresa sólo tenía gente. No tenía dinero, ni contratos. Pensando si había hecho una buena elección, se va a tomar un café con su esposa y anoto en una servilleta cuatro modelos de supervisores: A quién subía y quién bajaba del colectivo. Y describió cuatro modelos. Primer Modelo: Aquella persona que cumple todos los objetivos y está alineada con la visión de la compañía. ¿Qué hago con este empleado? Lo dejo, es fácil. Segundo Modelo: Aquella persona que no cumple ningún objetivo y no está alineada con la visión de la compañía. ¿Qué hago? También es fácil, lo bajo del colectivo. Tercer Modelo: Aquel que no cumple los objetivos, pero está alineado con la visión. ¿Qué hago? Me siento, le hablo, lo direcciono. Cuarto Modelo: Aquel que cumple con todos los objetivos, pero no está alineado con la visión. ¿Qué hago? Jack Welch dice: “A este no te podés dar el lujo de tenerlo en el proyecto, porque éste es el pájaro carpintero”.

NOTICIAS DE UNIFICACIÓN
noticiasdeunificacion@gmail.com
http://noticiasdeunificacion.blogspot.com