Cruzada por reparación de daños
Desde 1966, más de 4000 miembros de la Iglesia de Unificación en
Japón fueron confinados ilegalmente por equipos conocidos como
"Deprogramadores", con la complicidad de sus familiares, en un
intento por hacer que dejen su creencia a la que decidieron unirse como
adultos. Aquellos que escaparon de sus captores reportaron que en cada caso fueron
recluidos por la fuerza, privados del derecho de comunicarse con el mundo
exterior y presionados intensamente para que cambien su fe.
Durante más de cuatros décadas se
vivieron escenas donde se observó a grupos portando palos que irrumpieron
abruptamente en iglesias para llevarse algún miembro. Un caso testigo de
secuestro y reclusión por más de 12 años fue el que tuvo como protagonista al
Toru Goto, quien tras su liberación y compartir sus terribles experiencias
sufridas en el cautiverio fundó con el apoyo de Kook Jin Moon, uno de los hijos
de Sun Myung Moon, la ‘Asociación de abusados por su credo religioso’, para que
se haga justicia ante la acción inescrupulosa de entidades que sostienen estos
crímenes contra la dignidad, la libertad y los derechos humanos de quienes
profesan una determinada creencia.
Se trata de casos que han contado con la
silenciosa complicidad de las autoridades, la policía, ministros religiosos y
familiares, en clara violación con los principios constitucionales de Japón en
relación a los derechos humanos (Artículo 11) y la libertad religiosa (Artículo
20). Para hacer efectivo estos derechos se hicieron manifestaciones y reclamos
legales en Japón y que prosiguieron en EEUU y Europa, buscando una justa
reparación de los daños psicológicos y físicos causados en el cautiverio.
Algunos casos incluso terminaron en suicidio, cuando el sometido a las más
terribles vejaciones decide quitarse la vida para evitar ser abusado
sexualmente.
Link: www.religiousfreedom.com
International Coalition for
Religious Freedom
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