Campaña mundial de reparación de daños
La libertad religiosa ha sido reprimida durante
décadas en Japón mediante el secuestro y métodos de tortura física y
psicológica, con la silenciosa complicidad de las autoridades, la policía y ministros
religiosos, además de familiares que buscan alejara a sus hijos o parientes de las creencias que
abrazaron. Un caso paradigmático fue el que tuvo como protagonista a Toru Goto,
quien estuvo 12 años en cautiverio y fue liberado después de 43 días de ayuno. Tras
compartir las terribles experiencias en distintos ámbitos fundó con el apoyo de
Kook Jin Moon, uno de los hijos de Sun Myung Moon, la Asociación de abusados
por su credo religioso, para que se haga justicia ante la acción inescrupulosa
de entidades que sostienen estos crímenes contra la dignidad, la libertad y los
derechos humanos de quienes profesan una determinada creencia.
Los reclamos legales
iniciaron en Japón, donde se estima que a lo largo de los últimos años hubo más
de cuatro mil casos similares de secuestro. Proseguirá luego por EEUU y Europa,
buscando una justa reparación de los daños psicológicos y físicos causados en
algunas personas, que llegaron en ciertos casos hasta la muerte, cuando el sometido
a las más terribles vejaciones decide quitarse la vida para evitar ser abusado
sexualmente.
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