miércoles, 27 de enero de 2010
“Significado del matrimonio y la familia para la paz”
Testimonio de Seminario y Bendición en Corea
El
5 de noviembre tuvo lugar en la Embajada para la Paz (Tacuarí 202 – 8° Piso) de
Buenos Aires el informe-testimonio del Dr. Luis Guedes y su esposa Lic. Liria, sobre
el Seminario Internacional de Liderazgo el “Significado del matrimonio y la
familia para la paz en el Siglo XXI”, llevado a cabo del 12 al 16 de octubre en
Corea, además de la boda y renovación de votos matrimoniales del 14 de octubre,
de la que tomaron parte junto con unas 20 mil parejas provenientes de distintas
partes del mundo, tal como informara la prensa mundial. A continuación sus vivencias.
“Tocar fondo y florecer”
Testimonio
de Lic. Liria
Quiero agradecer la invitación de la Federación
para la Paz Universal para participar de la Conferencia Internacional de
Liderazgo llevada a cabo en Seúl, del 12 al 16 de octubre, cuyo objetivo fue la
Bendición de matrimonios, en una ceremonia profundamente emotiva que me
permitió conocer personalmente al Padre Moon y escuchar su brillante mensaje, a
la Madre Moon, al Dr. Walsh y a los embajadores de diferentes países y sus
esposas, con quienes tuvimos la oportunidad de mantener diálogos muy
interesantes.
Hombres y mujeres de todas las edades,
cultos y nacionalidades aguardamos con sensibilidad y compromiso el momento
solemne de la Bendición, intercambiando alianzas, muchas de ellas nuevas y
relucientes; otras, con el metal desgastado por el tiempo pero enriquecidas y
aquilatadas por efecto de la comprensión y del amor.
Ahora compartiré con ustedes algunos
hechos de esa experiencia inolvidable en Seúl, diciéndoles que pude aproximarme
a un mundo lejano y desconocido, donde reinan el silencio, el orden y la
higiene, los buenos modales, la amabilidad, la vocación de trabajo y estudio,
las sonrisas, las reverencias, el respeto y el buen gusto, la vestimenta
impecable, las flores, la ausencia de humo, mendigos y niños abandonados en las
calles.
En ese ambiente descubrí la
personalidad, la obra y el hondo mensaje que intuía y comencé a conocer a
través de las palabras, las actitudes, las atenciones y las miradas
contenedoras de todos los representantes de la UPF que nos han acogido como
hermanos en esta Sede de Buenos Aires.
La semana en Seúl fue intensa,
sorprendente y conmovedora, y durante el largo viaje de regreso mi esposo y yo
tuvimos oportunidad de intercambiar ideas sobre los descubrimientos realizados
en esos seis días que modificaron nuestra concepción del mundo, y a mí me
abrieron un camino personal y vocacional que algunas veces creía debilitado.
También les comentaré algo que me
sucedió la noche después de nuestra llegada a Buenos Aires, cuando todavía no
lográbamos adaptarnos al cambio de horario. Esa madrugada me desperté
repentinamente, desorientada, pero sin sobresalto, ante el recuerdo del sueño
que no percibí como una pesadilla, porque no estaba poblado de imágenes
perturbadoras o desconcertantes, sino que presentaba simplemente una frase que
se grabó en mi mente: “Tocar fondo”.
Entonces, tratando de reaccionar para descifrar
lo sucedido, recurrí a Google para buscar la definición de la Real Academia
Española: Y leí: Tocar fondo: “Llegar al límite de una situación desfavorable”.
Comencé a recordar la teoría de la
interpretación de los sueños, que se basa en los sucesos de la víspera y los
deseos inconscientes que anhelamos cumplir, aunque aparecen distorsionados o
censurados y es necesario buscarles una explicación.
En ese momento no logré comprender el
significado, porque mi situación no es de ningún modo desfavorable, pero luego
entendí que en mi caso “tocar fondo” había significado llegar a lo más profundo
de mi corazón y de mi sensibilidad, al fondo de mis deseos y sentimientos, para
poder resurgir con todas las energías y orientar mi voluntad y mi vocación
hacia un objetivo más trascendente, más motivador y universal.
Un
final inesperado
Les quiero decir que estoy leyendo la
autobiografía del Rvdo. Moon, publicada este año. Es una extraordinaria y
profunda obra literaria, religiosa, filosófica y humana, “best seller” en Corea
y fundamental como libro de consulta personal y familiar. Cuando leí su
pensamiento en las páginas 73 y 74, pude encontrar la explicación de mi sueño,
ya que allí el Rvdo. Moon dice lo siguiente:
“Las
personas necesitan descender hasta el crisol, hasta lo más profundo de su
desesperación, hasta el fondo de su existencia y de su experiencia. Necesitan
descubrir nuevas posibilidades en medio del infierno. Sólo cuando logran
ascender desde esas profundidades y alcanzar una nueva determinación, pueden
renacer como seres capaces de iniciar un nuevo futuro. El camino para ganar la
gloria del Reino de los Cielos consiste en convertirse en rey del sufrimiento y
doctorarse en esa filosofía”. Y continúa: “La vida exitosa
depende de nuestra forma de mirar con los ojos de la mente y también los del
corazón”.
Soy educadora y psicóloga y desde hace
años estoy volcando mi experiencia en la literatura. Los personajes de mis
novelas y cuentos infantiles están inspirados en historias reales y muchas
veces dolorosas, e intento trasmitir la capacidad de las personas para elegir
respuestas entre las posibilidades que a cada momento nos obligan a tomar
decisiones. Sabemos que según sean el aprendizaje y la educación recibidos en
la primera infancia en el hogar, las decisiones que tomemos en situaciones
conflictivas orientarán nuestra existencia hacia la felicidad o la desdicha; es
decir, hacia la salud o la enfermedad.
Además, les confieso que sin motivo
aparente, hace un tiempo interrumpí la novela que estaba escribiendo, basada en
la historia de un excombatiente que fue abandonado en las Islas Malvinas por
suponerlo moribundo, pero que luego fue rescatado por los ingleses, quienes lo
pudieron hacer revivir gracias a los medios que tenían a su disposición. Mi
esposo y yo lo conocimos en un balneario de la Provincia de Buenos Aires, donde
nos relató su historia, aunque no les contaré los acontecimientos terribles que
ocurrieron en su vida después de la guerra.
Después de ese encuentro, no pude
imaginar un argumento para mantener el interés de mis lectores de esta historia
real, la vida de un hombre que estaba obligado a elegir su camino después de “haber
tocado fondo”. Y dejé de escribirla. Pero cuando conocí la vida y la obra del Rvdo.
Moon, así como las historias de algunos de sus seguidores, decidí por
Alejandro, el protagonista de mi novela, escoger el único camino que se me
ocurrió para su salvación: después de deambular por el mundo, llegará a Seúl y
seguirá al Padre, asociándose a su obra y renaciendo para iniciar un nuevo
futuro.
Espero poder culminar esta novela. Mi
motivación existe. Sólo tendré que idear un nuevo título. Había escogido
“Tierra de héroes y dinosaurios”, aunque ahora, de no haber sido porque se me
adelantó el escritor ruso Tolstoi, tendría que llamarse “La guerra y la paz”.
Florecer
Para finalizar, volveré a mencionar
algunos pensamientos de la autobiografía del Rvdo. Moon, referentes a todo lo
creado y que para él posee vida que debe ser tomada en cuenta, por
insignificante que parezca. Él lo hacía con las chinches y los piojos de las
prisiones, con los granos de arroz que eran su único alimento y muchas veces rechazaba
para ofrecérselos a los menesterosos o para ayunar; o en sus paseos por el
bosque, identificando los vientos de otoño y primavera y la fragancia de los
cerezos en flor. Al referirse a la terrible situación de su país en 1942,
recuerda: “Miré por la ventana, mientras
lloraba, y pude ver que las montañas y los arroyos de mi tierra natal también
estaban llorando, más apesadumbrados que yo. Y luego de esa visión, dije: ‘Yo
prometo a estas montañas y a estos arroyos que regresaré, trayendo conmigo la
liberación de mi patria’. Por eso, ¡no lloren y aguárdenme!”
Y hoy tuve una nueva experiencia sobre
la atención que, según sus enseñanzas, debemos prestar a todos los seres de la
naturaleza. A las seis de la mañana, antes de lo acostumbrado, nuestra gatita
me despertó para desayunar, mordiéndome suavemente la cabeza. Entonces recordé
que anoche la planta de orquídeas comenzaba a insinuar sus primeros capullos y
me dirigí al balcón, sentándome junto a ella para observar. La gata, siempre
sensible ante los acontecimientos naturales, me acompañó. Y fui testigo de un
pequeño milagro, que se me ocurrió llamar “parto vegetal múltiple”, porque diez
orquídeas fueron abriendo ante mi vista, en sólo 35 minutos, pétalo a pétalo,
aroma y color, para enriquecer y alegrar nuestro hogar como un ser vivo
especial. Cuando apareció mi marido para averiguar qué sucedía en el balcón,
porque parte de la familia se había congregado allí, compartió este simple pero
maravilloso acontecimiento tomándole una fotografía para recordar mientras
esperamos la próxima floración.
“Faros para iluminar el
mundo”
Testimonio
del Dr. Luis Guedes
Para nosotros, así como para los
participantes de muchos lugares del mundo con quienes dialogamos sobre el
contenido de los aportes al tema de la Conferencia Internacional del Liderazgo,
resultó una experiencia única, memorable, dentro de un clima de alto nivel
intelectual y vivificante espiritualidad en cuanto al matrimonio, la familia y
la paz, propósito esencial de la UPF y su profundo significado como
instrumentos de paz.
Sin embargo, a pesar de la coincidencia
de los principios e ideales que han ido creciendo a lo largo del tiempo en los
representantes de la UPF en todos los rincones del planeta observamos, al mismo
tiempo, su preocupación por los conflictos, la violencia y la pobreza que
abruman a la humanidad como el resultado de las crisis moral y espiritual cada
vez más destructivas sobre el núcleo social que es la familia.
No se debe soslayar, en este punto, que
la pobreza material se acompaña de miseria espiritual, tanto en el polo de la
opulencia como en el de la mayor indigencia. En la fuente griega, la palabra
miseria está compuesta por la partícula negativa “mis”, que significa alejado;
y “eros”, amor. Miseria, es pues, lo que está alejado del amor. Las personas y
las sociedades alejadas del amor se encuentran dominadas por el odio y por el
miedo y viven en un permanente estado de ansiedad e intranquilidad.
Un ser miserable es incapaz de tener
buenas relaciones consigo mismo o con otros. Poseído por el odio y por el miedo
sus sentimientos están congelados y sus pensamientos giran en torno a la
desconfianza, a la agresión, a la avaricia, al engaño y a la sumisión o a la
soberbia, con la que disfraza su debilidad.
Este cuadro de miseria espiritual se ha
generalizado en todo el mundo y sus efectos sobre las emociones del hombre, en
términos de miedo y de odio, son los que promueven las guerras, el vandalismo,
la corrupción, la enfermedad y la locura. El odio y no las bombas es el que
destruye las ciudades. No son los ladrillos los que las reconstruyen, sino el
amor.
Reconstruir
la unidad vital del hombre
Cuando se dice que nuestra sociedad está
hecha pedazos, no se exagera. En efecto, el desmoronamiento de nuestros valores
es el resultado de la invisible fragmentación que progresivamente han ido
padeciendo las personas de nuestro tiempo. Tenemos la sensación de que la vida
es un caos, una selva, donde nos perdemos hombres y mujeres.
Sin embargo, también sentimos la
necesidad de reaccionar ante esa situación de desorientación y naufragio. Nos
apremia el interés para encontrar “vías”, “caminos”; es decir, ideas claras y
firmes sobre el mundo que nos rodea. Más que nunca necesitamos encontrar una
nueva misión y un modelo de liderazgo capaz de recuperar los principios
universales de la moral y del espíritu.
Bendición
para la paz mundial
La Ceremonia de Bendición de veinte mil
parejas de todas las religiones, razas, nacionalidades y culturas constituyó,
también, una singular vivencia y una reiterada afirmación del movimiento iniciado
por el Padre Moon en 1960 con el fin de construir una familia humana universal,
capaz de alcanzar la reconciliación y la armonía entre grupos religiosos,
raciales y étnicos bajo un solo Dios, que haga posible la exaltación del amor
verdadero, la vigencia de la familia y el diálogo interreligioso indispensables
para lograr la paz en este mundo.
Un
nuevo modelo de liderazgo
Para restaurar la familia humana
dividida se necesita verdaderos constructores de la paz, personas comprometidas
con una vida al servicio de los otros. Esta tarea comienza en la familia, como
expresión del amor verdadero, y continúa en todos los niveles de la sociedad
humana.
En la Conferencia Internacional de
Liderazgo se insistió en la necesidad de contar con instituciones sociales,
religiosas, gubernamentales y ONG que promuevan el amor verdadero en las
familias y con cada uno de nosotros como Embajadores para la Paz, desarrollando
nuestro propio carácter y extendiéndolo a nuestras familias, a nuestras
comunidades, a nuestras naciones y a toda la familia mundial.
Precisamente, para que cada uno de
nosotros pueda asumir un rol conductor y colaborar en la misión de la UPF, es
necesario alentar un nuevo modelo de liderazgo para construir familias de paz
convertidas en faros de luz para iluminar el mundo.
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