martes, 27 de julio de 2010

“Las cosas no valen por el tiempo que duran…”

Celebración del 56° Aniversario de la AESUCM
El sábado 12 de junio se llevó a cabo la celebración del 56° aniversario de la fundación de la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial (AESUCM), fundamento sobre el que se asentó todo el desarrollo del Movimiento de Unificación. Durante el encuentro, que tuvo lugar en la sede de la Federación de Familias en Buenos Aires, se realizó un homenaje a los pioneros de la AESUCM en Argentina. En la ocasión se presentó un audiovisual de aquellos primeros tiempos, con sus protagonistas y sus familias hasta la actualidad. También hubo palabras alusivas de Carlos Varga, Director del Movimiento de Unificación en Argentina, testimonios, números artísticos interpretados por la banda “Somos” y el descubrimiento de una placa en el salón principal con los nombres de los homenajeados, “por su entrega incondicional, servicio voluntario y devoción al llamado de la Providencia”: Liliana Veloso, Yolanda Roccafredda, Rubén Montero, Valle Sayavedra, Antonio Tangretti, Sergio Castellón, José Gómez, Humberto Arena, Ricardo Ayerza y Rubén Sayavedra (ya fallecido, representado por su esposa Lai Eng). Algunos no pudieron estar presentes, aunque mandaron sentidos saludos o mensajes de congratulación.
Video homenaje:



“Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan”. Proverbio árabe

“Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de su destino”. Nicolás Avellaneda

“Un mundo sin barreras en la práctica”
“La Iglesia de Unificación, o “la familia,” como solíamos llamarla entonces, es mi origen como persona. Después de conocer el Principio Divino, su credo, mi vida adquirió una perspectiva cósmica e irreversible.
Hubo muchos grandes líderes en la historia; grandes profetas, visionarios, maestros, filósofos, patriotas y santos que aportaron su granito de arena en aras de un mundo mejor, y de la evolución del espíritu humano. Yo decidí asociarme con el que considero el más grande de nuestros tiempos, el Rvdo. Sun Myung Moon. He estado en este Movimiento por dos terceras partes de mi vida, y mi admiración y respeto por él sólo crecen con el pasar de los años.
¿Por qué digo esto? Primero, porque en mi opinión no existe otra persona más apasionada ni más determinada a resolver la situación del corazón de Dios, una situación desconocida para muchos. Esa pasión y esa determinación constituyen su carisma, irresistible para mí, y para todos aquéllos que vibran con la misma pasión. No se trata de poder, de fortuna, de posición, de qué clase de misión tengamos, de quién está a cargo de qué. La familia (la Federación de Familias) gira alrededor de Dios y Su situación; de cómo vivir una vida que dé alegría a Dios. No porque esperemos una recompensa o un reconocimiento. La recompensa está en la satisfacción de dar alegría a Dios, la cual se traduce en nuestra propia alegría.
¿Y cómo le damos alegría a Dios? Unidad y armonía dan alegría a Dios. El ejercicio empieza a nivel individual, y sigue a nivel conyugal, familiar, y se expande hasta el nivel mundial. Es bastante fácil para cualquier persona en cualquier parte del mundo aceptar el ideal de un mundo de armonía, sin divisiones, donde todos somos miembros de una familia mundial. Pero, ¿cómo hacer realidad esa idea cuando no se tiene poder político, cuando no se tienen fondos, cuando existe una pared de prejuicios, de apatía, de nacionalismo, de racismo, cinismo y otros “ismos”? Uno puede formar muchos comités, y hablar, planear, soñar, escribir libros y filosofar, pero los planes se desinflan cuando enfrentan la realidad, y las grandes visiones no pasan más allá de la biblioteca. Aquí está la segunda razón por la que pienso que el Rvdo. Moon es el líder más sabio y más astuto de nuestros tiempos. Él no perdió tiempo filosofando ni estableciendo comités. Él arremetió. Aún en los albores del Movimiento ya estaba estableciendo el fundamento para un mundo unido. El creó un ambiente internacional para sus seguidores, sus hijos espirituales, nosotros. De solteros vivimos en centros comunales, con gente de diferentes orígenes, y teníamos que arreglárnoslas para no sólo comunicarnos, sino aprender a amarnos, a trascender nuestras limitaciones, ya sean culturales o de idioma y, muy especialmente, de carácter. El Principio Divino fue nuestra guía práctica y espiritual. La oración y el deseo íntimo de vivir con Dios, así como el aliento constante del Rvdo. Moon fueron nuestra fuente de energía y motivación.
Muchos viajamos por el mundo, trabajando en diferentes países para edificar y alimentar la visión de un mundo unido que dé alegría a Dios. En nuestro primer centro en La Lucila, en la Provincia de Buenos Aires, teníamos misioneros de Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea. En poco tiempo perdimos nuestro acento porteño, mientas que los misioneros aprendían lunfardo o comían puchero. Recuerdo, por ejemplo, cuando el misionero japonés, el Sr. Aoki, casi se desmaya, literalmente, cuando le servimos hueso de caracú. Fue un buen entrenamiento, porque ¿qué nos esperaba? ¡Matrimonios internacionales! Fuimos entrenados a abrazar y absorber diferentes culturas en nuestra vida de solteros para poder abrazar y absorber la cultura de nuestros futuros cónyuges. Las parejas de la misma nacionalidad son más bien la excepción. Pero más allá de nuestras parejas, nuestros hijos son una mezcla de culturas, de razas, de antepasados. Nuestros hijos viajan por todo el mundo y tienen amigos en todo el mundo y para ellos es totalmente natural concebir un matrimonio internacional. Esa es la visión de un mundo sin barreras en la práctica. Para ellos es natural, ni se dan cuenta que están trascendiendo culturas. ¿Y sus hijos y nietos…? Continuarán edificando el sueño de Dios de una familia mundial. Cuando la historia observe en retrospectiva este fenómeno reconocerá la persona y la envergadura de la visión del Rvdo. Sun Myung Moon”.

Mensaje de Yolanda Roccafredda
Pionera del Movimiento de Unificación en Argentina
New Jersey (EEUU), 12 de junio de 2010

“Establecer una familia centrada en Dios”
“Hace 18 días, el 25 de mayo de 2010, todos los argentinos celebrábamos los primeros 200 años de nuestra querida República Argentina. Durante esos hermosos festejos del bicentenario en la histórica Avenida 9 de Julio se homenajearon a aquellos hombres que tuvieron el valor, el coraje y la determinación de formar el primer gobierno patrio camino a la independencia total de la corona española que llegaría en 1816: Cornelio Saavedra, Mariano Moreno, Juan José Paso, Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan Larrea y Domingo Matheu.
Hoy, 18 días después, el 12 de junio de 2010, en el histórico Rincón 342 celebramos, festejamos y homenajeamos a un grupo de patriotas argentinos que también, con valor, coraje y determinación derramaron su sangre, sudor y lágrimas, no ya por una independencia política y económica de España, sino por una Argentina independiente del odio, del resentimiento, del mal, del egocentrismo, del pecado; es decir, una Argentina centrada en el Amor Verdadero de Dios. Hoy los homenajeamos a ustedes: Humberto Arena, Ricardo Ayerza, Sergio Castellón, José Gómez, Rubén Montero, Yolanda Roccafredda, Rubén Sayavedra, Valle Sayavedra, Antonio Tangretti y Liliana Veloso.
Y yo diría más. Porque como nos han enseñado nuestros Padres Verdaderos, aquellos que viven completamente entregados para realizar el ideal de Dios, amando más allá que a sus propias familias y naciones, amando a toda la humanidad, ya no solamente son patriotas, sino santas y santos, hijas e hijas de Dios. Y por eso los homenajeamos hoy.
Si bien es muy difícil encontrar las palabras exactas que puedan manifestar todo lo que uno siente en el corazón aun así quiero expresarles mi más profundo agradecimiento, porque fue gracias a su amor y sacrificio de vivir por el bien de los demás que les permitió haber perseverado en el medio de tremendas dificultades y tribulaciones y nos permitió a nosotros poder tener un verdadero encuentro con Dios, conocer el Principio Divino, ser fieles testigos del Amor Verdadero de Dios y de Su Ideal a través de nuestros Padres Verdaderos, y recibir la Bendición teniendo ese inmenso regalo del Cielo de poder establecer una familia centrada en Dios. Y como seguro verán en la audiencia, ya no solamente están los frutos de su sacrificio a través de los “veteranos” de esa primera generación, sino que además están los príncipes y princesas de la segunda generación que están ahí gracias a ustedes”.

Mensaje de Ricardo de Sena
Director del Movimiento de Unificación en Argentina, 1995-2001
Elizabeth, New Jersey, 12 de junio de 2010

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