viernes, 14 de septiembre de 2007

Un encuentro intercultural de principio a fin

Evento central en la Embajada para la Paz
El encuentro del 5 de septiembre en la Embajada para la Paz tuvo variados condimentos de carácter internacional, intercultural e interreligioso, de principio a fin, fiel al espíritu que anima a la UPF. El inicio fue marcado con un particular aplauso para cada una de las misioneras: Hak Ran Kim (Corea), Makiko Harada, Koyoko Murata, Mieko Iketo, Yoko Kadota, Hitomi Shin, Kumiko Ura y Tomoko Yamada. Estaban ausentes Motoe Imai y Yoshie Kajiyama, quienes regresaban de los eventos realizados en Tucumán, Salta y Fraile Pintado (Jujuy), y dos que ya se habían despedido de Argentina el día anterior: el misionero Susumu Ishio, quien estuvo en el de Mar del Plata, y la misionera Makiko Suzuki (en Corrientes).

Las presentes cantaron en distintos idiomas (coreano, japonés y español) al final de la reunión y a antes del discurso, que fue leído con firmeza y claridad por el Lic. José Bilbao Richter. Previamente, Gladys Gómez, de la Iglesia Cristo es Vida y Viene, había encomendado al Cielo el significativo momento. Seguidamente se pasó el video “La herencia y la madurez del amor: Un paso gigante hacia la paz universal”, y las distintas ceremonias oficiadas por el Presidente Gustavo Giuliano y su esposa Roswitha. Fue una gran alegría para muchos ver entre las parejas representativas al Mahatma Sergio Griffa, quien decidió sellar su compromiso en esta celebración con Ana Niesi, flamante Embajadora para la Paz (Ver reflexión).

Luego del discurso la misionera Mieko Iketo compartió unas palabras sobre el propósito de la visita que están haciendo por todo el mundo 4.200 misioneros enviados por los Fundadores y sobre la tarea de la UPF. Sobre este particular amplió luego la misionera coreana Hak Ran Kim, quien luego participó de la hermandad que se realizó en el acto entre la UPF de Chun Chon Nan Do (Corea) y la UPF de Argentina, representada por la Embajadora Susana Bruno. En la ocasión se intercambiaron sendos cuadros y certificados, que en una parte de su contenido expresa el deseo de la pronta unificación de Corea.

Seguidamente Andrés Melgarejo dio una breve explicación del “Rol y misión del Embajador para la Paz” para culminar con el nombramiento de 17 nuevos Embajadores previa presentación de los antecedentes meritorios de cada uno por parte de Alzira Melgarejo. Entre ellos, dos pastoras y algunos luciendo vestimentas típicas de su colectividad de ascendencia. La última en recibir el certificado fue la Dra. Mónica Lang, especialista en integración de personas con discapacidad, quien habló en representación de todos los distinguidos. Con humildad, reconoció que no lo merecía, agradeció a su abuelo que logró escapar del holocausto, instó a trabajar para reeconstruir la sociedad y cerró con un bendición judía. Una canción popular coreana cantada por las misioneras (‘Omaia) coronó el encuentro en el que participaron alrededor de un centenar de personas.

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