viernes, 8 de enero de 2010

“Las leyes por sí mismas no cambian cultura de violencia”

Lectura de Declaración del Día Internacional de la Paz

En ocasión del Día Internacional de la Paz, la UPF Internacional emitió una Declaración de Paz que fue leída el sábado 19 de septiembre en el acto de descubrimiento de una placa en Parque de los Patricios (Buenos Aires) en conmemoración del centenario de la evangelización del Barrio. Lo anterior, a instancias de Horacio Daboul –Presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de Parque de los Patricios- en el marco de una serie de actividades que se realizaron durante el mes de septiembre en adhesión al 107º Aniversario del mencionado lugar de la capital argentina. A continuación la Declaración de Paz emitida por la UPF:


“Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”; Preámbulo de la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 1945.


En ocasión y en adhesión al Día Internacional de la Paz del 21 de septiembre de 2009, para el cual el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, dio el lema “Debemos desarmarnos”, con un enfoque en el desarme y la no-proliferación nuclear, la Federación para la Paz Universal declara:


Primero: Los conflictos humanos y el recurso a las armas tiene sus raíces en el quiebre de las relaciones humanas y en el fracaso de vivir conforme a los ideales y a las aspiraciones más elevadas. La violencia es un síntoma del fracaso moral y espiritual. Si queremos eliminar la violencia y las armas de destrucción masiva, debemos comprometernos a lograr un despertar espiritual y moral.


Segundo: Una paz duradera se puede garantizar no sólo mediante la reducción de arsenales nucleares, sino, más bien, acentuando la solidaridad entre los miembros de la familia humana en su totalidad, y mediante el reconocimiento de que todos somos hermanos y compartimos una misma herencia moral y espiritual. Somos una sola familia bajo Dios. Es la comprensión de esta noción la que nos lleva a una voluntad colectiva para poner fin a un conflicto violento.


Tercero: La familia como elemento básico de la constitución de la sociedad es la primera escuela para sembrar nuestras bases morales y aprender a amar, a respetar y servir a los demás. Al reforzar los lazos del matrimonio y la familia podremos educar a nuestros hijos y enseñarles a respetar a todas las personas, estableciendo así las bases para una cultura de paz. Una vez que los seres humanos aprendamos a resolver los conflictos sin recurrir a las armas, inmensos recursos podrán ser reasignados al desarrollo humano.


Cuarto: Las leyes por sí solas no pueden cambiar la cultura de la violencia. Se requiere de programas educacionales consistentes y sostenidos en el tiempo, dirigidos a promover la educación del carácter, la resolución de los conflictos y el establecimiento de una cultura de servicio y paz. Aquellos hombres y mujeres a quienes se les ha enseñado a cumplir sus obligaciones morales y a asumir sus responsabilidades hacia los demás respetarán y vivirán por el bien mayor y el desarrollo de la sociedad.


Por consiguiente, la Federación para la Paz Universal se une a la Organización de las Naciones Unidas para declarar el día 21 de septiembre como Día Internacional de la Paz.


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